
He llorado mucho la última semana, creo que necesitaba soltar tanta tensión, tantos miedos, tanta angustia… y estoy segura de que no va a ser la última vez que lo haga, seguro que todo esto nos regala más momentos de intensidad, pero también he llorado mucho de emoción por cosas bonitas y eso al final compensa.
Todos tenemos nuestras situaciones personales, pero al final en la mayoría de los casos es dinero y eso, si estamos bien, ya lo capearemos como podamos (Que conste que aquí soy la primera a quien le aterroriza). Después de llantos y ver como todo se desmorona, después de soltar hay que aceptar porque a veces en la vida solo nos queda eso. Aceptar y seguir adelante. Hay situaciones que no dependen de ti, por mucho empeño que en ello pongamos, no se trata de si quieres puedes, porque todos queremos volver a nuestras vidas y no podemos hacerlo.
Así es que hazte un favor, invierte este tiempo. No dejes que este parón pase por tu vida sin dejar en ella un aprendizaje. Sin ser productivo en algo que seguramente hace tiempo tenías en mente pero no disponías del tiempo del suficiente para hacerlo. Es tiempo de ayudarnos unos a otros, y me atrevo a decir que incluso a nivel laboral. Yo hoy no miro facturación, si lo hiciera no levantaría cabeza por el desanimo total. Hoy miro como ayudar, como puedo hacer para que mis clientes recuperen la ilusión en sus proyectos, y tú si me lees, aunque no seas cliente te ofrezco mi ayuda, porque al final de esto salimos entre todos. Yo no sé coser mascarillas como están haciendo tantas personas a las que admiro, pero quizás te ayudo a salvar tu empresa. No tengo varitas, ni pócimas, simplemente te diré que el trabajo en equipo, una buena visión y tu proyecto es lo que puede salvarte de esta.
No sé porqué me enrollo hablándoos de esto, si no es lo quería decir, pero, de todas formas, dicho queda, os tiendo mi mano, si necesitáis ayuda a nivel de estrategia de marketing, escribid. No te prometo milagros, pero al menos vas a invertir este tiempo en trabajar por y para tu proyecto. Es el momento de ayudarnos.
Antes de divagar quería deciros que todos tenemos nuestros miedos más profundos, pero en la mayoría de los casos estamos en casa y esos miedos nacen de la incertidumbre, en cambio hay muchas personal que siguen saliendo cada día y están en primera línea protegiéndonos. Sanidad, policías, alimentación, servicios… de verdad auténticos héroes que en muchos casos sienten miedo. Y ahora sí, miedo real por estar expuestos al contagio, por no querer volver a casa no sea que lleven algo con ellos… y esos son los miedos de verdad, los reales, los únicos que deberíamos tener.
Lo demás por mucho que asuste es dinero, y saldremos, como lo hemos hecho otras veces.
Seguramente, muchas vacaciones se pospondrán, pero valoraremos mucho más nuestros encuentros. Porque al final ese café ya no volverás a dejarlo para mañana. Ni la cena con el grupo de la universidad. Ni la visita a tus padres. Ni los paseos a orillas del mar… Esta situación ha de cambiarnos a todos, un día os comenté que a mí no me ha enseñado el valor de la vida, eso ya lo aprendí con el cáncer, pero también me ha enseñado cosas, el valor del contacto, la proximidad, el sentirnos cerca de los nuestros… y afortunados somos que vivimos en una era digital, que hasta compartimos copas por video llamada… Imagináis este confinamiento cuando nosotros éramos pequeños.
Volviendo a lo de antes, para que le des valor a este tiempo de parón obligado, vamos a trabajar en el futuro.
Apunta todo aquello que quieres cambiar de tu vida y piensa como vas a hacerlo. Visualiza tu futuro como realmente quieres que sea y empieza ya a trabajar en ese nuevo yo.
Vamos a por la siguiente semana. Os mando un súper abrazo y recordad que si queréis que hablemos de algo podéis escribirme a sos@elcrepdemivida.com
Vane,