
Desde el primer día que me puse ante esta pantalla en blanco os he hablado con toda la sinceridad del mundo, os he desnudado mi alma una y mil veces y conocéis mis temores, mis debilidades y mis fortalezas. Aún y así, aunque os he hablado de todo, hoy es mi post más personal, hoy es ese día en que os abro en canal mi corazón y os hablo de lo que más quiero, ellos…
La enfermedad es devastadora, el diagnóstico es terrible y ya sabéis todo lo que viene después, no hace falta entrar en detalles, pero hay algo mucho más duro y más doloroso, la maternidad.
Porque la maternidad puede venir de muchas formas, a algunos les sucede por sorpresa, para otros es planeado, pero…
¿Qué pasa cuando la maternidad no llega?
¿Qué pasa cuando lo deseas con todas tus fuerzas y fracasas una y otra vez?
Nadie habla de ello, otro tema tabú en la vida, pero os aseguro que es lo más frustrante y cruel que he vivido jamás.
Ni cáncer, ni operaciones, ni quimioterapia. El deseo de ser padres y no conseguirlo, esas ganas locas de repartir tu amor y esa frustración que se repite mes tras mes.
Eso sin duda es lo peor que hemos vivido.
Para nosotros formar una familia no fue nada fácil, años de tratamientos, de viajes por trabajo con la nevera repleta de medicamentos escondida en la maleta, escaparme en medio de una reunión al baño porque tocaba la hora del pinchazo… tendría mil aventuras que contaros sobre eso.
Cuando nos confirmaron el embarazo de Èric y Martina creímos tocar el cielo. Y pese a que fue durísimo, ahora les podemos explicar que les vimos por un microscopio, antes de entrar a la barriguita de mamá, cuando tan solo eran una célula que se iba dividiendo.
No sé bien bien porqué hoy, porqué ahora, supongo que es porque les veo crecer y hacerse mayores y no sé… ñoñería nivel máximo, el caso es que me apetecía hablaros de ello.
Me habéis preguntado alguna vez sobre si me había sometido a tratamientos… supongo que por la incidencia que afirman algunos estudios sobre la probabilidad de cáncer cuando te has sometido a ellos. Sí, me sometí a muchos tratamientos, durante mucho tiempo. ¿Tiene algo que ver? En realidad me importa un comino, porqué volvería a hacerlo, no hay nada en el mundo comparable a mis hijos, así es que en realidad no me importa si esos tratamientos influyeron o no. Es necesario que lo investiguen para poder detectarlo, porque igual que crece el número de enfermos de cáncer, crece el de parejas con problemas para ser papás. ¿Qué nos esta pasando?
…
Hoy mis petardos, mis baby twins, mi mayor sueño hecho realidad, cumplen 7 años, sé que cada año repito lo mismo pero ahora sí, de bebes no queda ni rastro ¡Son 7 añazos!.
Voy a llorar, se me han escapado de los brazos sin enterarme y ya son señorito y señorita, con razonamientos que a veces asustan.
El otro día rebuscando en los archivos de fotos encontré el video de cuando le dijimos a mi hermana pequeña que estaba embarazada, era una mocosa y hoy vive sola. Mi hermana mediana estaba soltera y hoy está casada y embarazadísima del segundo terremoto. Mis sobrinos eran enanos y ahora me pasan casi medio metro… Se nos escapa la vida señores!!!
A veces nos enfadamos porque son lentos, se encantan con cualquier cosa o lo dejan todo desordenado… madre mía que ilusos somos, si en dos días se nos van a escapar del todo y luego suplicaremos por ese bendito caos del desorden.
Me muero cuando pienso que llegará el día de no besos delante de mis amigos, o mamá que pesada eres. Cuando no quieran guateques en mitad del comedor porque les de vergüenza bailar con sus padres. Horror cuando piensen que ya no molamos y dejemos de ser sus héroes para convertirnos en sus pesadillas, no quiero que llegue ese día.
Prometo no quejarme por el desorden, ser más paciente y disfrutar más de la edad que tienen, que el tiempo vuela y no quiero perderme abrazos, ni besos, ni risas.
Cuando ellos se enfadan les hacemos reflexionar sobre ello y acabamos diciéndoles, es fácil:
¿Prefieres ser feliz o estar enfadado?
¡Escoge!
Y eso debemos hacer nosotros, reflexionar y preguntarnos.
Pregúntate cada vez que la vida te supere, los niños te crispen, el estrés te ataque o el trabajo te desborde.
¿Qué eliges?
Cuando nacieron tenia absoluto terror a no hacerlo bien, a no estar a la altura de la gran responsabilidad, seguro que me he equivocado en mil cosas, y las que me quedan, esto no trae guía de montaje, ni manual de consulta bajo el brazo… pero lo que no sabia es que quien enseñaría a quien serían ellos a mi.
Feliz cumpleaños, no puedo parar el tiempo pero prometo ser más paciente para disfrutar de todo juntos.