Y ahí estábamos nosotros y 45 minutos por delante hasta que llegará la hora de entrar a la visita con mi Dra. E.V.
Habíamos recorrido todas las tiendas del centro y repasado todas las compras de Navidad, así es que finalmente optamos por ir a tomar un refresco y entramos en una cafetería del centro de Girona, conocida por unos fabulosos crepês. Entramos, subimos al piso de arriba y nos acomodamos en una mesa redondita muy intima. Cuando de pronto viene la camarera y al pedir el refresco nos informa que esa zona está reservada para meriendas.
¡Buff… ya la hemos liado!
Estaba un poco nerviosa y no tenia pensado comer nada pero como soy una golosa empedernida y me pierdo por el chocolate, la tentación a un crepê de Nutella para mi era demasiado, incluso ante esa situación. Así es que me comí mi crepe de Nutella, lo que no podía imaginar mientras saboreaba tan gustosamente mi crepê es que éste sería “El crep de mi vida”.
45 minutos después, con la barriga llena y un extra de glucosa en mi cuerpo, conocimos la noticia.
El diagnóstico, Cáncer de mama.
NOTA: No volví a comer un crep hasta que acabé el tratamiento. Fue entonces cuando compartí el dulce manjar con mis #babytwins