
Empezar la semana así es un gustazo. Con esa sensación de haber aprovechado al máximo las horas, ha sido un fin de semana lleno de momentos de esos que se quedaran grabados en el recuerdo. Hemos bailado y reído mucho , por primera vez en mi vida he visto a Kike disfrazado (después de 17 años juntos es mucho decir), Teta lo que no consigas tú… En fin, de verdad os digo que este ha sido un fin de semana inolvidable.
Y encima nos levantamos cantando…. 9 años cumplen hoy mis baby twins.
¡9 AÑAZOS! ¡9!
Necesito verbalizarlo varias veces para creérmelo yo misma. Todavía no sé como voy a gestionar el día. Las maletas siguen en el comedor, intactas, tal cual las descargamos anoche, tengo una mañana de trabajo hasta los topes y como ellos no conciben un cumpleaños sin familia esta noche seremos uno 20 para cenar. Locura máxima, pero seguro que al final ver sus caras cuando se lleven a la sorpresa de tener a toda la familia en casa valdrá mucho la pena. Ah! Y no tengo regalo. Quizá penséis que es de ser una madre pésima pero a veces ir siempre al límite tienes esas cosas… pero no sufráis, algo se nos ocurrirá.
Me apetece mucho contaros una cosa, una de esas reflexiones de las pequeñas cosas que todos sabemos de sobra, pero que también olvidamos con demasiada facilidad.
Nos hemos ido de fin de semana a visitar a unos amigos, por norma tenemos tendencia a programar absolutamente todo (al menos yo) me gusta organizar qué vamos a hacer, saber qué necesitaré, dónde vamos a ir… Esta vez no sabíamos nada, sin planes ni agenda previa. Hemos ido al día, sobre la marcha y sin horarios… Y sí, tengo que reconocer que tiene sus riesgos, nos quedamos sin restaurante y acabamos en la zona infantil del Burger, pero los niños flipaban por la alegría (reconozco que para mis hijos ir a un Burger King está en el número uno de planazos y es veneno y esas cosas, pero al final una vez al año…) y verles darlo todo en la pista de juegos compensa.
Y si analizas al final eso es algo que deberíamos hacer más, que para organizar ya tenemos el trabajo y las mil responsabilidades de la vida. He aprendido que plantarse de vez en cuando, dar carta libre e ir adaptando a lo que surja pues oye, no está mal.
Me gustaría que te quedarás con esto.
Relájate, y disfruta.
Al final , en la vida no importa el qué, si no con quien, y nosotros de eso teníamos el lujazo de ir servidos.
Amigos, nos quedamos con ganas de más, de mucho más para verles jugar, para las conversaciones, les debo paseos hasta la cueva y verles juntos es alegría a la vida.
Y a vosotros, espero que tengáis un semana fantástica. Eso y que si tenéis el remedio infalible para improvisar un regalazo soy toda oídos.
Un abrazo,
Vane