Hace días que quería escribir sobre esto, sé que muchos de vosotros no sabéis como es una sala de quimioterapia y que ocurre en ella, pero bien seguro que por desgracia tenéis a alguien que se enfrenta a ello en su particular lucha…
Hoy hace justamente 4 años que estaba en este mismo hospital, nerviosa y con esa mezcla de ilusión y miedo que te invade cuando llega la maternidad. Hace 4 años que la oxitocina corría por mis venas, hace 4 años que nací como madre, porque una madre nace cuando lo hacen sus hijos, antes de ese momento es imposible comprender la amplitud de una palabra tan simple como MAMA, hace 4 años que la vida me dio mi regalo más valioso, hace 4 años que mi vida dió un giro de 360º convirtiéndome en la mujer más feliz de mi mundo, hace 4 años que me regalan la más bonita de sus sonrisas… quien iba a decirme que 4 años después sería la químio que me tendría aquí enchufada (lo digo literalmente, estoy con el portátil mientras pasa la químio) (más…)
Y de pronto sucede, tal y como la mayoría de personas me habían dicho, a los 15 días justos, ni uno más, ni uno menos.
Llegaba de hacer deporte… Esta semana me encuentro muy bien y estoy esforzándome al máximo para desintoxicar mi cuerpo y estar bien preparada para la siguiente sesión de químio. Estoy contenta porqué además hoy será mi primer día de rehabilitación, seguro que mi brazo lo agradecerá y mi cicatriz más, que ésta dura como una piedra.
Llego a casa, contenta con el ejercicio que he hecho, me voy a la ducha más feliz que nadie y…
No podía ser de otra manera que un día lluvioso… Gran presagio de que todo va salir bien.
Mi historia con la lluvia se remonta a muchos años atrás, cuando se casaron mis padres llovía a mares y la lluvia ha estado presente en muchas fechas importantes para la familia. Cuando empezó mi historia personal con mi marido, volvíamos de Zaragoza y caía el diluvio universal, en nuestra primera escapada juntos llovía tanto que cerraron el tránsito en el aeropuerto de El Prat, nos casamos un 27 de Agosto y también llovió, llovió el día que nacieron nuestros hijos que al ser prematuros estuvieron ingresados, llovió cuando le dieron el alta a Èric y volvió a llover 17 días después cuando le dieron el alta a Martina.
El día 10 de diciembre cuando me operaron por primera vez también llovió. No soy supersticiosa pero creo que deben ser señales del destino ¿Cuál será su significado? Lo desconozco totalmente, pero la lluvia siempre está presente cuando algo bueno va a pasar en mi vida. (más…)
