
Dejadme que os cuente algo, ayer fue un día raro, me vi envuelta en mil sensaciones y emociones que hacían que ni yo misma me reconociera.
Me creía valiente, pero valiente de verdad y capaz de plantarle cara a sea lo que sea que la vida me depare, me considero una persona muy racional, cero penitente y en cierto modo siempre le he agradecido al cáncer ser yo la enferma, imagino que como tod@s los que tenemos hijos, al fin y al cabo es en lo primerísimo que piensas en cuanto un diagnostico así irrumpe en tu vida. Ya sabéis que ayer tuve mi primera ITV con mi oncólogo, la primera visita post quimio, la primera visita para conocer los resultados del arsenal de pruebas que en su día detectaron un cáncer,… Y me creía valiente… hasta ayer.
Cuando llegué al hospital casi no me reconozco, sentí miedo de verdad, las piernas me temblaban, los ojos me iban a mil revoluciones y os prometo que no me puse a llorar en el interminable pasillo de oncología por pura vergüenza, parece ridículo pero no quería entrar en la consulta, temía que pudieran darme un mala noticia y… ahora no, soy feliz, para mí misma pensaba que si algo malo tenía prefería vivir con el desconocimiento.
Uuuuffff! Qué alivio cuando a una le dicen que no hay rastro del cáncer, qué sensación de libertad, qué sensación de VIDA, dejas caer una grandísima y dura mochila y entonces brotan mil lágrimas de felicidad.
Les expliqué a mis #babytwins que mamá iba a ver al Doctor y la misma tarde les dimos la buenísima noticia, niños… son un poco peques para entender según que, necesitan un resultado palpable y lo primero que preguntaron fue:
¿Estás curada? ¿Ya te han quitado la teta grande?
Estàs curada? Ja t’han tret la teta grossa?
Y de repente te arrancan carcajadas y así acabamos nuestro día, entre risas, mucho amor, bailando en la cocina (de verdad) y brindando por la vida.
Estoy feliz y aunque quede muchísimo camino, y tratamiento oral, y muchos días con dolor, y sigan sin crecerme las pestañas, y tenga menopausia desde los 35, y me falten operaciones, y mis neuronas viviendo en el Cairo, y yo con la memoria de un pez… que más da, estoy viva y soy feliz.
Y os quiero, que sois la bomba y me encanta teneros cerquita.
Mil besos y feliz, feliz día.