
Unos cuantos días post chute, pero no cualquiera… #TheLastChute y sigo en una nube, como atrapada en el limbo y es que en realidad todavía no me creo que realmente SE ACABÓ. La sensación es un poco parecida a la del diagnóstico, el momento ese en que el cáncer irrumpe en tu vida y desmonta todos tus planes, perspectivas y proyectos, los días posteriores a la noticia bomba vives en una montaña rusa de emociones y piensas:
<<¿Qué ha cambiado? Unas horas antes me consideraba una persona fuerte y sana y ahora…. ¡Estoy enferma! Cáncer, ni más ni menos, esto es horrible…. pero yo me encuentro bien, estoy enferma de verdad???>>
Ahora siento algo parecido, se acabó, de verdad? Puedo creerlo? O debo esperarme? Lo cierto es que sigo llorando a diario, cada vez que pienso en todo lo pasado, son lágrimas de victoria y felicidad, supongo que estar tanto tiempo bajo presión es lo que tiene, confío que el día a día irá poniendo todo en su sitio y poco a poco la vida volverá a la normalidad.
27 de Abril quedará en mi memoria como la llegada a la meta en el mayor reto de mi vida, siempre tiene que haber anécdotas para todo y la de la última quimio fue que la noche anterior estaba en urgencias, con fiebre, anginas y unas placas de pus de campeonato, cruzando los dedos mientras esperábamos los resultados en aislamiento para que la fiebre viniera provocada por la anginas y no por una radical bajada de defensas, eso provocaría unos días de hospital y aplazar el tratamiento. Imaginad los nervios, no me han suspendido ni un ciclo y me iba a pasar precisamente en el último… no os diré que me subía por las paredes básicamente por que la fiebre me deja como un pajarillo pero estaba de los nervios. Todo quedó en un susto, daños colaterales del Trailwalker, un pequeño ajuste de cuentas entre mi cuerpo y yo que no iba a dejarme salir tan airosa después de machacarlo con 100km, una anécdota más, al fin fiebre controlada y para casita, al día siguiente los planes seguían su curso.
Despertar el día que sabes que será el último chute es…. no sé ni tan solo deciros como es, tenía un nudo permanente en la garganta, quería gritar, reír, llorar… mi Mitad siempre me acompaña y esta vez también venía mi madre, camino al hospital ya les ponía en sobre aviso, esto va a ser un drama, simplemente pensar en todo y ya no podía contener las lágrimas. Muy dramático no fue pero lloramos un poco, bueno, yo bastante, el primer y último chute me lo puso la misma enfermera y después de taaaanto tiempo, se hacen querer tantísimo, que darle un abrazo fue Buuuuufffff! una explosión de sentimientos. Hay muchas veces que las palabras no hacen falta, si nos paramos y hacemos las cosas con el corazón somos capaces de decir mucho más de lo que en realidad creemos y no me refiero a un abrazo que tiene una diferencia muy obvia entre darlo de verdad, con sentimiento, de esos en que cierras los ojos y tus emociones hablan, a simplemente a abrazar, también un saludo, una sonrisa con alguien que te cruzas en la calle, es cierto que si le sonríes al mundo él te devuelve la sonrisa pero hay que sonreír de verdad, de felicidad, felices por la vida, por el sol, por los niños, la familia, los amigos, el trabajo, somos felices por un montón de cosas… y una sonrisa no te roba tiempo, más bien te regala felicidad.
Soy un caso, me enrollo yo solita y divago, en fin… han pasado unos cuantos días del 27 de Abril y sigo necesitando gritar, reír y llorar… quiero subir montañas, quemar quimio, recuperar neuronas, celebrar la vida, abrazar, bailar, sentir, soñar,… VIVIR.
Me estoy iniciando en el trail running, ya os contaré si avanzo o si la cosa se queda en agua de borrajas, de momento os digo que salir, el aire, la música, el olor a montaña, hasta las gotas de lluvia, todo, absolutamente todo es vida y me carga de energía. Ayer salí sola, por abandono de mis compis, y escuchando música, cuatro gotas caen y para que engañaros, entre sofoco va y sofoco viene hasta se agradecen, abrir las palmas de las manos y rozar la vegetación con la yema de los dedos y sentir como una sensación de VICTORIA te recorre por dentro, es un subidón, la naturaleza nos cura el alma, a todo esto una coge consciencia de que me puedo cruzar con cualquiera y yo con tal numerito, imaginaros que pensarían si me encuentran sola, en medio de la montaña con tal escenita, vaya panorama para pensar… esta chalada viene a correr, caminar o comunicarse con las hojas, jajaja.. el caso es que estoy feliz, simple y llanamente FELIZ.
He celebrado el final de la quimio, en la intimidad, mi Mitad, mis peques y mis padres y con una fiesta sorpresa que me organizaron el día de la madre en un lugar precioso en la playa, piqué de lleno y eso que yo tenía clarísimo que quería celebrarlo pero no me esperaba nada ni ese día, ni allí…. fue TAAAN BONITO, gracias a todos, lo tengo grabado en mi corazón, sou els millors. Round1 i Round2… habrá más.
Vamos a dedicarnos a celebrar la vida, y qué deciros, os quiero mil y cada mensaje, cada palabra vuestra, me llega al corazón.
*La foto es de la fiesta sorpresa en la playa, con photocall incluido, cortesía de mis hermanas, ellas y mi madre se han dado a las manualidades durante unos días. 🙂