
En mi cabeza loca tengo las mil y una por contaros, en realidad os debo una y de las grandes desde que inauguramos el año, me propuse un reto, es mi reto, porque pretendía estar curada o ida de olla del siglo, juzgaréis vosotros mismos, os lo cuento otro día…
Hoy quiero contaros mis fantásticas, divertidas, accidentadas, familiares, únicas y extraordinarias mega vacaciones.
Teníamos tantas ganas, anhelábamos tantísimo un poco de paz, alejados de calendarios llenos de visitas a hospital, colegios, extraescolares y todo lo que el maravilloso frenesí de la vida conlleva.
Un poco de nuestras #aventurasviajeras
Nos costó la vida llegar al destino, en realidad salimos por la puerta de casa, maletas en mano, a las 7 de la mañana y nada más y nada menos que 19 horas después llegamos al destino, no hace falta que os explique lo que es aguantar en el aeropuerto y vuelos varios a mis dos pequeñajos pero gracias a un arsenal de cuentos para colorear, unas cuantas películas y la patrulla canina al completo, lo conseguimos ¿Cómo debían hacerlo cuando no existían las tablets? No quiero imaginar lo que debía de ser entonces meter en uno de estos vuelos a unos niños de 4 años, santa paciencia para los padres y para todos los pasajeros del avión…
A lo que iba, que divago y me voy del tema, cuando llegamos casi nos da un síncope… ¡Madre mía! ¡Qué horror! Nos dieron una habitación que ni motel de carretera digno de película americana, me ahorro los detalles pero os diré que dormimos allí porque llegamos con 19 horas de viaje a las espaldas y dos peques desesperados del mismo agotamiento. En ese mismo momento reclamamos el ERROR a través de nuestra agencia, evidentemente eso no era lo contratado, y después de sus mil gestiones…
¡Tachán!!!
Cosas de la vida y aquí te demuestra que la perfección de las cosas reside en la imperfección de las mismas. Tuvimos la gran suerte de que nos asignaran una cochambrosa habitación porque a raíz de ese momento nos esperó una estancia digna de las mil y una noches, nuestro cambio de habitación fue radical, mismo complejo, hotel superior, suite deluxe dúplex con terraza, jaima y jacuzzi para todos…
Ole, ole y ole! No hace falta que os diga más, somos unos suertudos y la suerte siguió de nuestro lado durante todos los días, hasta mi querida lluvia que nunca me abandona se portó como una campeona y nos visitó por las noches cuando ya no molestaba, durante el día nos dejaba disfrutar de todo, de esas risas de los niños… Aiiinssss ¡Cómo las añoro! Esa carcajada tan dulce y sincera, mis twins se lo han pasado tan bien juntitos, tienen tal complicidad que me asombra.
Con mi hermana mediana me llevo 2 años y medio y recuerdo que nos matábamos, tirones de pelo van y vienen y mi madre como loca intentando mediar entre nosotras, cosa que pocas veces conseguía… Ahora cuando veo lo mucho que ellos comparten y cómo cuidan el uno del otro, me sorprende… Ojalá les dure muchísimos años.
Estos días de tregua me han sentado de maravilla, no he bailado bachata, ya os dije que no soy muy dada a las coreografías multitudinarias ni a las animaciones típicas de los complejos caribeños pero me tomé alguna copa, me vine arriba y me atreví hasta con un margarita pero no pude acabarlo, es lo que tiene tantos meses de abstención… He disfrutado a mi manera, nos hemos olvidado del mundo y hemos vivido, estás lejos de todo lo que te preocupa y con lo que más quieres, así es que tienes un único objetivo, VIVIR EL MOMENTO, y cuando realmente lo haces, te das cuenta de que en el detalle más efímero está la felicidad, que la mayoría de veces estamos ocupados y no le prestamos atención hasta que es demasiado tarde… nunca imaginé que disfrutaría tantísimo como simple observadora pero sinceramente creo que estos días de tregua he sido una observadora de felicidad en primera persona y os aseguro que me ha hecho la mujer más feliz del mundo.
Ahora sí, estoy deseando que llegue abril y con él mi último chute, poder acabar y darle una patada al Sr.Cáncer… madre mía todo lo que llevo ya a la espalda, este renove de batería ha sido de lo más terapéutico para el último empujón.
Allá vamos…. Seguimos de aventuras, próxima parada, quirófano y fuera portacath que para eso estamos con #quimiosmolonas de chute subcutáneo.