
El lunes era día de aventuras en el hospital, y mi día empezó de un catastrófico total.
Tenía visita con mi oncólogo, llegué sin saber ni qué visita me tocaba, me había olvidado de tomar la medicación, esto no es nuevo, cada día dudo si lo he hecho o no… cosas de mis neuronas.
Llegué después de darle un golpe al coche del vecino, me enfadé muchísimo conmigo misma por ir así de loca, por querer hacer mil millones de cosas, que luego pasa lo que pasa, que el cuerpo dice hasta aquí.
En fin… Aprenderé, estoy en ello, lo prometo.
El caso es que mi Doctor, que es de pocas palabras, pero es un bendito santo me dijo algo que me ha dado en qué pensar:
Sempre has sigut una noia amb moltíssima empenta i últimament no et veig així.
Siempre has sido una chica con muchísimo empuje y últimamente no te veo así.
Y tiene toda la razón del mundo, hace unos meses que voy de capa caída, yo me noto que no acabo de remontar y me achaco a que es del tratamiento, de todo lo que el cuerpo lleva encima, y sé que es cierto, y lo acojo con gusto porque entiendo que es el PRECIO POR VIVIR, pero no quiero conformarme con eso, no quiero justificarme tras “es lo que hay” o sí, pero quiero más, quiero recuperar mi yo más vital, y sé que puedo.
El poder está en la mente, somos nosotros los que nos ponemos limitaciones, y pienso decirle a mi cabeza que puedo y quiero estar mejor. Aprender a ir despacio, entender que los días malos forman parte del juego, que lo importante es ser racional, saber que todo pasa, y seguir saboreando la vida, minuto a minuto, feliz por cada nuevo día y agradecida por ver crecer sanos a mis hijos. Volcar mi ilusión en emprender, porque lo bueno está por llegar, porque las dificultades nos preparan para hacer grandes cosas y sé que esas llegarán.
En redes alguien me dijo que me diera un capricho de chocolate para reparar mi día de “mierder”, la verdad es que el deleite del paladar era una opción buenísima, pero para ayudar a mis cartucheras opté por irme al gym, descargar un poco y de vuelta a casa como nueva. Lo curioso es que no pegué ojo en toda la noche, en mi cabeza solo tenía la frase de Pablo Raez que inunda las redes
“Lo triste no es la muerte, lo triste es no saber vivir”
Me parece algo tan bonito y tan cierto… el cáncer te enseña a vivir, a valorar absolutamente todo, la cotidianidad cobra un valor incalculable y yo quiero saber más, quiero vivir más, vivir de verdad, querer de verdad, bailar de verdad.
Y quiero un mundo mejor, un mundo donde curarse de un cáncer no suponga sufrir un infierno, no sé si será posible, pero ante la mínima posibilidad, merece la pena intentarlo, de ahí que dedique todo lo que puedo a la campaña solidaria para financiar el proyecto del Dr. Frigola, que pasa por ofrecer un tratamiento para la enfermedad que no produzca los daños colaterales de la quimio y la radio (más info en el apartado “Proyecto Solidario” del blog). En fin… que no os digo más, si habéis vivido este infierno de cerca sabéis a qué me refiero, si queréis ayudar a que este proyecto sea posible, nos quedan 7 días de verkami para editar un DVD Solidario, todos los beneficios de sus ventas y los actos de presentación que se hagan serán destinados íntegramente al proyecto. Colabora reservando tu DVD AQUÍ y ayudanos a hacerlo realidad, comparte con tus amigos, que todo suma y entre todos podemos conseguirlo.
Esta semana mis babytwins cumplen 6 años, ¡6! madre mía… y por aquí lo vamos a celebrar, así es que aunque empezamos fatal, acabaremos genial, no me cabe duda.
Feliz semana!!!