
Desde que empezó mi aventura con el cáncer de mama he pasado por 2 operaciones y 4 ciclos de quimioterapia de 21 días. En el momento en que los cirujanos me dieron el visto bueno empecé a hacer deporte y cada vez la intensidad ha sido más fuerte, hasta llegar a mi estado físico anterior. Cuando me tocó empezar la rehabilitación del brazo izquierdo (por el vaciado axilar de ganglios) me puse a ello y como a tozuda no me gana nadie, en tan sólo una semana recuperé el movimiento total del brazo. He estado haciendo deporte a diario desde entonces, me dijeron que era muy importante mantenerme activa y que cuanto más carga química eliminará de mi cuerpo, cuanto más “limpio” estuviera mi organismo, mejor aceptaría el siguiente ciclo.
Y para quien esté pasando por este proceso, por favor hacerlo, hacer deporte en la medida de vuestras posibilidades, pero manteneros activos/as, si podéis correr, nadar, lo que podáis, aprovechad los días buenos para hacer ejercicio aeróbico que os ayude a eliminar toda la porquería y quien sólo pueda caminar… que camine, pero si eres esa persona, camina con toda tu fuerza y con el objetivo y pensamiento de que ese esfuerzo es el que te va ayudar, ese esfuerzo es el que te dará la posibilidad de recuperarte antes, el que te dejará disfrutar de los tuyos, el que te cargará de energía.
Tengo claro que es tan importante el deporte como la alimentación y que precisamente eso me a ayudado muchísimo, estoy convencida que si cuidas a tu cuerpo, él te cuidará a ti “quid pro quo”, pero no soy invencible y después de estos 4 ciclos mi resistencia física empieza a flaquear, me ha costado aceptarlo, hasta el miércoles pasado podía decir con total convencimiento que físicamente no había notado diferencia alguna de la primera quimio a la última… y como son las cosas… fue abrir la boca y el jueves empecé a estar cansada, a no poder seguir el ritmo…
Mi jueves de resignación, me levanté por la mañana y después de dejar a los peques en el cole me fui a caminar con una amiga e hicimos un poco de paleo training, como era su primer día fue ligth, así es que después me tocaba un partido de pádel con compis que hacía meses que no veía, lo pasé genial pero esa tarde empecé a estar agotada, el viernes me levanté cansada y por primera vez tuve la necesidad de sentarme en el sofá a media tarde a descansar. Como si todo mi cuerpo pesará 100 veces más de lo habitual, realmente sin fuerza, batería a 0.
El sábado al levantarme intenté hacer una tabla de ejercicios y con mucho esfuerzo llegué a hacer 2 rondas… tengo que admitirlo, NO PUEDO CON TODO!
Esta mañana he estado en clase de yoga y al llegar a casa he aprovechado para descansar al solecito de la mañana y parece que a partir de ahora el “descansito” será una parte más de mi nueva rutina.
Aprendo a adaptarme a las nuevas situaciones, hay que escuchar a nuestro cuerpo y ahora más que nunca, no negarle lo que nos pide… para eso tengo a mi MITAD que me hace darme cuenta de estas cosas y de vez en cuando me manda de vuelta a la realidad, muchas veces actúo como si nada hubiera cambiado y él me hace ver que no tengo un resfriado, que el tratamiento es duro y no tengo que ser de hierro.
Y así acabamos, aprendiendo a escucharnos, respetarnos, querernos y a mimarnos mucho… porque en realidad en ti está el principio de la FELICIDAD.